¡ASÍ ES LA VIDA!

Ahora llueve, llueve en las calles, llueve sobre la cabeza de alguna gente y a pesar de ello, no espabilan. Ni mojándose, ni sacudidos por vientos huracanados, les crecen las ideas y es que por mucho que no quiera la conclusión es evidente: los descerebrados nunca dejarán de ser descerebrados, vamos, que las neuronas no crecen con la lluvia, ni espabilan con el viento, ni se van a hacer más inteligentes con la lectura de libros. En mis viejos tiempos pensaba de otra forma, pensaba que leyendo e inculcando cultura, la cosa se podía curar.

Pero la vida me ha demostrado lo contrario, que el que tiene poco cerebro con el paso del tiempo se le encoge más y más... y como mucho y para eso obrando un milagro, el tío puede conseguir tener una sóla idea fija dentro de su cabeza de alcornoque. Por eso cuando uno se encuentra ante un especímen de éstas caracteristícas lo mejor que se puede hacer, es darle la razón como a los tontos o mandarlo directamente a tomar por culo. Es que la cosa es incurable y además, no tiene remedio. Y hay muchos mendrugos de éste tipo y que solo se distinguen por el tipo de idea fija que tiene dentro de su cerebro podrido.

Quitarle la idea fija, pues como que no, porque si los dejas sin idea fija, los dejas sin meta en la vida, los dejas guiñapos, los dejas en estado vegetativo. O sea hay que dejarles que mantengan su idea, pero como esa idea no tiene que ver mucho contigo, tranquilamente los puedes mandar a tomar por culo. Y nada de pobrecitos y que pena de ellos, pues son como un trozo de carne o como una lechuga, su función en la vida es crecer, procrear y desarrollarse y bueno, de abuelitos cuidar de sus nietitos.