Pues estaba pensando que..., que difícil lo tiene una titi para quererme a mi y ya no hablo de un tío, porque lo tiene doblemente difícil, pues tendría que superar mi hetesexualidad y creo que para ello, ya es demasiado tarde. Bueno y mejor dicho, nunca es tarde, pero lo que pasa es que no tengo ninguna gana de superar en lo que me encuentro a gusto, me gustan las tías y creo que de cada vez me gustan más. Ahora y desde luego, una tía lo tiene difícil conmigo y porque estoy y me siento, demasiado hecho. Ya tengo establecidas mis manías, mis rutinas, mis tareas, mi forma de trabajar y de estar en la vida.
Tampoco soy de los que digo: que de éste agua no beberé, pues a lo largo de mi vida he visto cambios más radicales. He visto personas apocadas y tímidas que se transformaron con el enamoramiento y de repente y por arte de magia, se volvieron extrovertidas. Aunque lo que más duele es en el caso contrario, personas espléndidas y cariñosas que se pasaron a la cretinez del amilanado y todo porque su forma de ser fue absorvida en aras del amor o para ser más sincero, por la otra persona que ejercía a la perfección su papel de esponja.
Además a veces me pasa que me pongo a pensar en otra persona y casi me salen sarpullidos de pánico. Yo tendría que amoldarme a otras costumbres, a otros hábitos, a otras manías y sólo el tener ese pensamiento me produce un fuerte rechazo. Acoplarme ¿a qué?, a que no pueda cagar con mi revista o mi libro, a que no pueda estar más de media hora encerrado en mi water, a que no ponga en la tele películas de acción o de miedo, a que no ronque, a que no sueñe despierto, a que no hable, a que no diga y al final, a que no piense. Pues si tengo que elegir: yo prefiero quedarme sólo.
Tampoco soy de los que digo: que de éste agua no beberé, pues a lo largo de mi vida he visto cambios más radicales. He visto personas apocadas y tímidas que se transformaron con el enamoramiento y de repente y por arte de magia, se volvieron extrovertidas. Aunque lo que más duele es en el caso contrario, personas espléndidas y cariñosas que se pasaron a la cretinez del amilanado y todo porque su forma de ser fue absorvida en aras del amor o para ser más sincero, por la otra persona que ejercía a la perfección su papel de esponja.
Además a veces me pasa que me pongo a pensar en otra persona y casi me salen sarpullidos de pánico. Yo tendría que amoldarme a otras costumbres, a otros hábitos, a otras manías y sólo el tener ese pensamiento me produce un fuerte rechazo. Acoplarme ¿a qué?, a que no pueda cagar con mi revista o mi libro, a que no pueda estar más de media hora encerrado en mi water, a que no ponga en la tele películas de acción o de miedo, a que no ronque, a que no sueñe despierto, a que no hable, a que no diga y al final, a que no piense. Pues si tengo que elegir: yo prefiero quedarme sólo.

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