Hay muy pocas cosas que me repugnan, que me repugnan en sentido literal, en cambio que me den asco, tengo a cientos o a miles o para no resultar demasiado exagerado, tengo algunas más en número, que las cosas repugnantes. Repugnante es más que tener asco, asco es algo tirando a grimoso, aunque no es igual y después explicaré porqué y en cambio, repugnante es algo tirando a vomitivo. Por ejemplo me da asco. el tío que sorbe la sopa y como si fuera un moco que le cuelga, el que come en plan sonoro y ostentando que es un puto guarro, y repugnante es aquel que por ejemplo usa palillos para escarbar en sus dientes o en los agujeros de sus caries y para sacar un puto trozo de carne medio podrida y como guinda del pastel, después de la extracción carnívora, el menda lerenda observa su trofeo de caza y se siente todo satisfecho con su captura.
Ahora, entenderéis mejor la diferencia que hago entre el tener asco y el tener repugnancia. Bueno, también están los grimosos, que me dan asco pero que también me producen dentera. Un tío grimoso, suele ser un tío blandito y sonrosado o sea, gordo o flaco pero sonrosado de cara y blandito de carnes fofas o delgado con muchos pliegues y por adelgazar de repente y por estar a dieta o corriendo todo el puto día, pero a veces, los hay físicamente normales y estos se llaman blanditos de forma de ser o dicho de otro modo, tienen una personalidad blandita y tirando a asquerosilla. Un blandito de carácter es como un tío ladillas y por tanto, a la mínima oportunidad te pasará su mano blandita por el hombro y como si tocara a una serpiente y que además, en el fondo se está cagando en tus castas.
Y claro, hay los que poseen los tres títulos: asqueroso, repugnante y grimoso y mira que no es nada fácil ostentar los tres méritos a la vez, pero como les pasa a las brujas: haber, las hay y sino las hay, a mi me da igual. Todos conocemos a éste tipo de reptiles, todos hemos tenido un amigo, una pareja, un conocido o un compañero de trabajo y todos me produjeron el mismo asco, la misma repugnancia y la misma grima.
Ahora, entenderéis mejor la diferencia que hago entre el tener asco y el tener repugnancia. Bueno, también están los grimosos, que me dan asco pero que también me producen dentera. Un tío grimoso, suele ser un tío blandito y sonrosado o sea, gordo o flaco pero sonrosado de cara y blandito de carnes fofas o delgado con muchos pliegues y por adelgazar de repente y por estar a dieta o corriendo todo el puto día, pero a veces, los hay físicamente normales y estos se llaman blanditos de forma de ser o dicho de otro modo, tienen una personalidad blandita y tirando a asquerosilla. Un blandito de carácter es como un tío ladillas y por tanto, a la mínima oportunidad te pasará su mano blandita por el hombro y como si tocara a una serpiente y que además, en el fondo se está cagando en tus castas.
Y claro, hay los que poseen los tres títulos: asqueroso, repugnante y grimoso y mira que no es nada fácil ostentar los tres méritos a la vez, pero como les pasa a las brujas: haber, las hay y sino las hay, a mi me da igual. Todos conocemos a éste tipo de reptiles, todos hemos tenido un amigo, una pareja, un conocido o un compañero de trabajo y todos me produjeron el mismo asco, la misma repugnancia y la misma grima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario