De las profundidades...es que yo vengo de las profundidades, vengo del otro lado, vengo de un submundo que sigue bajo nuestro pies y no sé como pude salir de ese profundo agujero sin fondo, pero he salido y ahora, presumo de ello. Yo puedo presumir de haber conocido lo más deprimente o lo más loco y aún a veces, escucho sus aullidos lastimeros y porque muchos se quedaron dentro del agujero y siguen sufriendo y siguen sufriendo como personas desquiciadas. Y nadie me eligió portavoz de nada y yo además, no represento a los desvariados, pues yo me represento a mi mismo,
pero como he conseguido salir del agujero, es mi deber llamar la atención del resto de los humanos.
Podría empezar a dar gritos desgarradores, pero señores, me gusta más el silencio y porque en silencio es como mejor nos comprendemos. Yo soy escritor de palabras y de pensamientos, pero no soy un vocero de los Infiernos. Yo he visto el otro lado de la cordura y es bonito y es bonito a veces y porque otras veces, he visto tanto sufrimiento, que se hace indescriptible y es que hay más dolor en la locura y más lo hay cuando los que controlan el cotolengo de locos, son unos putos panolís cursis y grimosos. Yo no dejo de ver a un puto Psiquiatra que tuve y que dependía de él para que me dieran el alta del coco y el tío, era de lo más rastrero y rancio, era como lo fue mi padre hace 60 años o como me supongo que fue mi padre y así como de chapado a la antigua.
Y allí dentro hay de todo, hay gente buena y hay gente odiosa y hay gente gilipollas y hasta la médula y hay gente interesante y como lo puedo ser yo. Que nadie piense que un tío por estar loco, que es tío cojonudo y porque no y porque las cosas no van así, claro que si hay cosas comunes y es que esa gente loca tiene la sensibilidad a otro nivel y a veces, lo que tú estás sintiendo y piensas que ese sentimiento desbordante y alucinante es único, y resulta que ya lo han sentido algunos locos hace siglos y es que en ese terreno no hay quién les gane y porque casi toda su energía vital está dedicada a esos menesteres. A un loco le puedes ganar en cordura, pero nunca le puedes ganar en locura y eso entraña pensamientos y sentimientos alucinantes y fuera de nuestro espacio vital.
pero como he conseguido salir del agujero, es mi deber llamar la atención del resto de los humanos.
Podría empezar a dar gritos desgarradores, pero señores, me gusta más el silencio y porque en silencio es como mejor nos comprendemos. Yo soy escritor de palabras y de pensamientos, pero no soy un vocero de los Infiernos. Yo he visto el otro lado de la cordura y es bonito y es bonito a veces y porque otras veces, he visto tanto sufrimiento, que se hace indescriptible y es que hay más dolor en la locura y más lo hay cuando los que controlan el cotolengo de locos, son unos putos panolís cursis y grimosos. Yo no dejo de ver a un puto Psiquiatra que tuve y que dependía de él para que me dieran el alta del coco y el tío, era de lo más rastrero y rancio, era como lo fue mi padre hace 60 años o como me supongo que fue mi padre y así como de chapado a la antigua.
Y allí dentro hay de todo, hay gente buena y hay gente odiosa y hay gente gilipollas y hasta la médula y hay gente interesante y como lo puedo ser yo. Que nadie piense que un tío por estar loco, que es tío cojonudo y porque no y porque las cosas no van así, claro que si hay cosas comunes y es que esa gente loca tiene la sensibilidad a otro nivel y a veces, lo que tú estás sintiendo y piensas que ese sentimiento desbordante y alucinante es único, y resulta que ya lo han sentido algunos locos hace siglos y es que en ese terreno no hay quién les gane y porque casi toda su energía vital está dedicada a esos menesteres. A un loco le puedes ganar en cordura, pero nunca le puedes ganar en locura y eso entraña pensamientos y sentimientos alucinantes y fuera de nuestro espacio vital.
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