Es que tenía que ser así y no podía ser de otra manera y cuando toca día de recaditos imponderables, la picha se te hace un lío y sigues haciendo recados porque sí o porque has cogido carrerilla. Bueno, pues tema está peliagudo pues son casi las 7 de la tarde y es el primer momento de todo el día, que tengo para mí y para mis circunstancias. Claro que si lo miras al revés, te consuelas pensando que por lo menos a las 7 de la tarde has podido sentar tu culo en tu puta silla y el que no se consuela es porque no quiere o porque Dios lo castigó y por ser un tipo malo y malvado. ¡Que los hay! y es la maldad tienen grandes y apasionados adeptos y además, militan, sufren, se desviven y si hace falta hasta se sacrifican.
En cambio los que van de buenos y correctos tienen cara de empanados y por ir de simples bonachones, ya sabéis de que va el tema: todos regordetes y con sus mejillas sonrosadas como el culo de un niño azotado y hablando de niños ¡cuidado! porque a éste biotipo de personas les van los niños y sus lindos culetes. Y es que hay que desconfiar de un bonachón, pues sus mofletes sonrosados indican que su maldad se enciende o se acalora. Es como un puto semáforo y el bonachón está en verde pálido y puedes cruzarte o hablarte con él, pero si está en rojo vivo y asesino, ¡cuidado! y porque está encendiendo motores.
Pero también hay gente buena o mala que no entra dentro de estos límites y por tanto, se sale de lo establecido. Y hoy si quiero dedicarle unas letras a una persona que es bondadosa de verdad y porque creo que serán mis últimas letras estando él vivo y es que le quedan dos telediarios y porque el cáncer galopante se lo está papeando sin misericordia. Le tengo que agradecer que estando él a dos velas, yo también me quedé a dos velas y no pude pagarle el trabajo realizado en mi casa hasta que pasaron varios meses y eso sí que es solidaridad de pobre, eso sí que fue ternura, eso sí que es saber que en varios días no vas a poder comer, pero que te puede más el lado humano. Y señores ¡eso no tiene precio!. Y gracias buen hombre y espero que en la otra vida te vaya mejor y porque tú te lo mereces.
En cambio los que van de buenos y correctos tienen cara de empanados y por ir de simples bonachones, ya sabéis de que va el tema: todos regordetes y con sus mejillas sonrosadas como el culo de un niño azotado y hablando de niños ¡cuidado! porque a éste biotipo de personas les van los niños y sus lindos culetes. Y es que hay que desconfiar de un bonachón, pues sus mofletes sonrosados indican que su maldad se enciende o se acalora. Es como un puto semáforo y el bonachón está en verde pálido y puedes cruzarte o hablarte con él, pero si está en rojo vivo y asesino, ¡cuidado! y porque está encendiendo motores.
Pero también hay gente buena o mala que no entra dentro de estos límites y por tanto, se sale de lo establecido. Y hoy si quiero dedicarle unas letras a una persona que es bondadosa de verdad y porque creo que serán mis últimas letras estando él vivo y es que le quedan dos telediarios y porque el cáncer galopante se lo está papeando sin misericordia. Le tengo que agradecer que estando él a dos velas, yo también me quedé a dos velas y no pude pagarle el trabajo realizado en mi casa hasta que pasaron varios meses y eso sí que es solidaridad de pobre, eso sí que fue ternura, eso sí que es saber que en varios días no vas a poder comer, pero que te puede más el lado humano. Y señores ¡eso no tiene precio!. Y gracias buen hombre y espero que en la otra vida te vaya mejor y porque tú te lo mereces.
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