MASAJES Y RELAJACIÓN

Pues el día se va luciendo y porque se pone sus mejores galas y luce el sol y los azules son más azules que nunca y el mar parece una suave mancha de aceite y donde se mecen y duermen los peces y sí..., y sí está un día de postalita recién pintadita y si no tienes cuidado, te puedes hasta manchar con ella y un día precioso y hasta la médula, se puede convertir en una mierda. Y la verdad, es que no estamos tan sobrados de días preciosos...Bueno y de momento, vayamos por partes y como dijo mi amigo Jack el destripador, por tanto empecemos el día serenamente y con todos los sentidos en el disparadero.

Y se sabe, tranquilos pero con el ojo avizor, serenos pero con el rabo tieso o con el radar conectado y siempre dispuestos a saltar sobre cualquier enemigo. La relajación o mejor dicho, mi relajación es esa, es estar relajado de mente y cuerpo, pero hasta un punto, a no ser que me dedique el día al aislamiento y en lugar más alejado de la tierra, que puede estar justamente al lado de donde estoy, pero para ello necesito mandar el móvil a la mierda y para que no me hinche los cojones con sus llamadas y sonidos.

Y bueno y después, necesito un buen masaje y desde los pies a la cabeza y oír el fluir del agua y que el sitio no tenga música y porque odio la música relajante que ponen en los chiringuitos que se llaman de relajación y de masaje y mucho pajarito con su pío, pío y mucho sonido de agua sintética y demasiado vientecito de plástico descafeinado. ¡Joder!, la música me la pongo yo y solo yo y acompañado con los sonidos naturales del agua o del viento o de la brisa marina y sino pasa que..., que no me relajo, que esa música sintética me pone de los nervios y me pone en modo agresivo, pues a partir de ahí mi único pensamiento será el como quitar esa maldita música...

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JULIO CORTÁZAR