MIS CONDICIONES DE RELAJACIÓN

O sea que para estar yo relajado y buen relajado necesito estar dentro de un búnker de la 2ª guerra mundial y que tenga buenas y maravillosas vistas y un río al lado y que su agua suene al caer del agua y al mar enfrente y un gran bosque a mano izquierda y a la derecha un jardín lleno de flores exóticas y que me inunden con sus olores y si tengo todo esto, ese día podré decir, "me siento relajado". Antes pedía menos, antes, simplemente me iba de acampada y lo conseguía y porque aquellas acampadas eran en sitios espectaculares y no sé, si se daban todas las condiciones antes expuestas, pero bastantes si se daban y porque siempre había un hermoso bosque y porque siempre había una preciosa playa y porque siempre se oía el romper de las olas y el crujido que emitía la hoguera...

Y el maravilloso telón del cielo y la luna y las estrellas y la arena fina y reluciente y esos brillos sobre el mar que solo se ven de noche y a la luz de la luna...Claro que...claro que esos fueron tiempos ya muy lejanos y en donde acampar no estaba prohibido, ni estaba masificado como está ahora y mi cuerpo gozaba de la salud de la juventud y no se resentía de dormir al pairo y sin colchoneta bajo mis caderas y porque eso sí mismo lo hago hoy y me levanto lisiado y discapacitado y directamente me tengo que ir a comprar una silla de ruedas con motor añadido.

La última vez que dormí sobre la puta arena de una playa lo hice cuando mis hijos eran pequeños retoños de dos palmos y medio y para ellos y dada su pequeña visión, yo de aquellas era como una especie de dios en la tierra y claro, yo tuve que hacerme el fuerte y para hacer una verdadera demostración de mi poderío divino...pero mi cuerpo no respondió y solamente emitió quejidos tras quejidos y mi podrida cadera me dijo: "tío si vas a volver a hacerme ésta faena, te juro que te vas a quedar anquilosado y como una puta estatua de titanio". Y ahí me di cuenta, que el colchón también debe formar parte de mis condiciones para relajarme...

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JULIO CORTÁZAR