Veo que el día se empieza a despejar y yo le sigo la corriente y también yo me despejo y me despojo de toda mi mierda y al final, me pongo mi traje de faena y venga a currar. Mi huevo sigue muy malito, está hinchado como un balón de fútbol, está hipersensible y no lo puedo tocar, está duro como un huevo cocido, está tonto, está imbécil y esta jodiéndome la vida y todo por culpa de ésta Orquitis o infección de huevo. Y puede que me quede estéril y a éstas alturas de la vida como me va a importar quedarme estéril y tieso de espermatozoides, al revés, si mi huevo no me produce más esparmatozoides, le haré todo un homenaje y por lo que fue en sus tiempos de producción intensiva.
Y la verdad, es que no sé como se pudo infectar, si el pobre lleva años abandonado a su suerte y vive en silencio absoluto debajo de mi polla. Supongo que habrá algo de rebeldía, que el huevo tenía necesidad de decir: "yo sigo aquí" y el cabrón abrió sin más sus defensas numantinas y les dijo a las bacterias, venir aquí, que os daré calor y cobijo. Y desde ese día el huevo se puso rojo como un tomate y empezó a crecer y creció tanto, que mis calzoncillos quedaron pequeños y ahora, mi huevo se sale por una solapa.
Bueno, ahora ya puedo andar, pero sin pasarse. Ahora ya puedo pensar en cosas guarras y lascivas, pero tengo que hacerlo con suma delicadeza y sin lanzarme directamente al circo y para comerme los leones. Moderación, es la palabra adecuada y sino consigo controlarme, pienso en el tema de la tortilla y en como hay que darle la vuelta para que no se me caiga algo de huevo al suelo (¡joder! y volvemos con el tema huevo) y para así, bajar mi estado de excitación paranoico.
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