LAS LUCES

Yo como hacía Franco con los pantanos en otros tiempos y menos mal que fueron otros tiempos, pues quiero una inaguración de mi nueva habitación a todo trapo y antes de dormir en ella quiero que no le falte ni un solo detalle, por eso ayer no la inaguré y dormí en mi cama de siempre, bueno, en la que duermo de unos años para aquí. Faltaba la mesa de estudio, faltaba poner en orden mi nuevo y reluciente armario, faltaban todos los pequeños detalles, esos mismos que al final configuran mi personalidad de raro. Y mira que en general soy desordenado, pero hay cosas por las que no paso, mi habitación y mi estudio son sagrados. Tonterías que uno se monta, pero son mis propias tonterías y eso merece todo mi respecto y la verdad, que no voy a ser yo mismo el que me falte al respecto.

Complicado, todo es complicado y si es sencillo más tarde se complica y el caso es que lo que parecía sencillo y fácil tal y como montar una habitación, se complica porque le faltan los pequeños detalles, le falta el alma de uno y esa foto entrañable y ese cuadro de mierda y esa.... Y las luces, las luces son importantes y que os voy a contar yo que soy un colgado de las luces, porque en ésta casa por flexos y lámparas no será y como odio la luz directa de las lámparas del techo, tengo inundada mi casa de lámparas de luz indirecta y ésta es la excepción que confirma la regla, porque en lo demás me gusta mucho más lo directo que lo indirecto y porque las medias verdades me desquician.

Y no sé si será por mis ojos claros o porque mi retina es muy sensible o porque mi nervio óptico degeneró a velocidades impensables, pero la realidad es esa, me molesta un huevo la claridad de la luz eléctrica, en cambio la claridad de las palabras y de los pensamientos, me entusiasma. Bueno todo esto, lo tendré que pensar, no estaba previamente pensado, aunque en realidad me importa una mierda que no estuviera previamente pensado y lo que me importa es que sin luces indirectas yo no inaguro mi habitación. Y ya está y ya está dicho y punto.

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JULIO CORTÁZAR