¡Joder! hoy quería obsequiaros con un nuevo formato de mi Blog y me parece que no, que no gusta o que es más difícil de utilizar, no sé en algo falla...Bueno ya veremos, dejemos que trascurran unas cuantas horas más y como nunca es tarde, en tal caso volveré al formato original. Bueno, mis intenciones eran claras y mi idea estrenar un nuevo traje y que mejor que un Domingo para estrenar algo y que mejor que un día en el que hay que votar, para cambiar el colorido y la estructura del Blog. Y es que el que no arriesga, nunca se la juega y el que no se la juega, nunca podrá avanzar. El riesgo, el puto riesgo de siempre, el que te dice, el que te habla, el que te escucha, el que te advierte, el que se planta delante de ti y te dice: o pruebas y te arriesgas o sino te dormirás en los laureles.
Claro que no siempre se acierta y ahí está la verdadera clave del riesgo: saber retroceder cuando metes la pata. Bueno pues ahora voy a cumplir con mi deber ciudadano, que es ir a votar y para que de una puta vez, se consigan cambiar las cosas y lo dejo en esa indefinición: cambiar las cosas y sin concretar más. A veces es peligroso querer concretar más, porque es ahondar en las contradicciones, es descubrir que no todo el monte es orégano, que debajo de lo que se dice y se promete, hay muchos mundos paralelos y que en definitiva, que son parecidos pero que no son iguales.
Y votaré y ¿mañana qué?...pues mañana vendrán lluvias de datos y con las consabidas manipulaciones de los resultados y en donde nadie pierde, ¿porqué como va a perder el que se ha dejado por el camino 10 diputados? y es que no pierde y siempre gana y porque siempre pudo ser peor y el perder 10 diputados es un dato optimista, porque hay otros que han perdido más y porque la coyuntura política no les era favorable. Lo dicho, la magia, la magia de la manipulación de los datos y la de llevarse al ascua a su hoguera. Y somos humanos y debíamos estar dotados de sinceridad, pero de cada vez pienso más en que la sinceridad está creada para los pobres y los parias y que el cinismo es una cualidad de la clase dirigente.
Claro que no siempre se acierta y ahí está la verdadera clave del riesgo: saber retroceder cuando metes la pata. Bueno pues ahora voy a cumplir con mi deber ciudadano, que es ir a votar y para que de una puta vez, se consigan cambiar las cosas y lo dejo en esa indefinición: cambiar las cosas y sin concretar más. A veces es peligroso querer concretar más, porque es ahondar en las contradicciones, es descubrir que no todo el monte es orégano, que debajo de lo que se dice y se promete, hay muchos mundos paralelos y que en definitiva, que son parecidos pero que no son iguales.
Y votaré y ¿mañana qué?...pues mañana vendrán lluvias de datos y con las consabidas manipulaciones de los resultados y en donde nadie pierde, ¿porqué como va a perder el que se ha dejado por el camino 10 diputados? y es que no pierde y siempre gana y porque siempre pudo ser peor y el perder 10 diputados es un dato optimista, porque hay otros que han perdido más y porque la coyuntura política no les era favorable. Lo dicho, la magia, la magia de la manipulación de los datos y la de llevarse al ascua a su hoguera. Y somos humanos y debíamos estar dotados de sinceridad, pero de cada vez pienso más en que la sinceridad está creada para los pobres y los parias y que el cinismo es una cualidad de la clase dirigente.
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