LUCHANDO

Parece que poco a poco vuelven las palabras, que entre los mocos espesos y amarillentos se van creando fisuras y que por ahí, se cuelan las palabras...mis palabras, mis queridas y amadas palabras. Ahora ya no soy capaz de concebir mi vida sin las palabras, soy adicto a las palabras y por eso durante ésta última semana lo pasé fatal, no había forma de pensar, no había forma de expresarme.
Y pensar que antes podía pasarme años sin pensar, sin hacer el mínimo esfuerzo por pensar y sólo quería vivir el día a día o sea cuando amanecía pensaba en como iba a pasar el día y mi único deseo era que llegara la noche y porque esa era mi meta, que el día se acabara y sabiendo que la día siguiente, nada iba a cambiar.

Vivir limitado entre la noche y el día y sin querer romper con nada, simplemente vivir vegetando y esperando mientras dormías que algo cambiaría dentro de ti, porque activamente era incapaz de hacer nada, bueno sí, querer a mis hijos y respectar mi trabajo. Digamos que durante mucho tiempo, estos fueron mis dos pilares, mis hijos y mi trabajo y creo que gracias a ellos ahora puedo decir ¡aquí estoy!, que acepto lo que fui y sin tener miedo, fui que ya no soy, que fui y gracias a ello ahora soy lo que soy, que la diferencia está en la actitud vital, en que antes de un error hacía mares y océanos y que ahora de un error hago algo positivo, algo que me refuerza más.

Ahora me reivindico, ahora me quiero y con mis defectos y con mis virtudes. Ahora ya no busco revolverme en la mierda y no salir de ella. Ahora sé que todo fallo que tenga tiene un sentido, que es mejorarme a mi mismo y no para elevarme a nivel de Santo, sino para ser mejor persona. Y nadie me va a premiar por ello, pero yo no busco premios, busco lo simple, lo humano, lo tierno, lo difícil, lo sincero...lo sincero y lo bueno. Que lo encuentre es otra cosa, pero como soy profundamente utópico, no me importa seguir luchando. Nací luchando y moriré luchando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR