Al fin y al cabo pasa una cosa, me da igual un Vegano que un vegetariano o un carnívoro que un extraterrestre, me da igual mientras seamos seres vivos y punto y pelota. Hoy voy de simple y directo, hoy voy al grano directamente y pretendo dar en plena diana. No concibo tantas vueltas, si tú eres vegano pues que te aproveche y si eres carnívoro que te aproveche dos veces o dos menos uno igual a uno y es que la verdad, es que me da por el culo. Lo importante es que respiremos veneno, porque otra cosa no puede ser, veneno de Chernobil que se mantiene en suspensión latente y por lo siglos de los siglos y amén. Veis, al final siempre puede la puta Iglesia, siempre salen los 10 mandamientos y la corte de los ángeles celestiales, siempre sale de lo que mamaste en tu tierna infancia, siempre sale una teta o un pezón.
Siempre sale lo guarro, bueno siempre me sale a mi, a otra personas le salen otras cosas, por ejemplo le salen sarpullidos cuando se habla del sexo o le salen escozores indomables que lógicamente el médico de turno le recetará unos buenos antihistamínicos y para que ne se rasque y para que no de más el coñazo y que se duerma de una puta vez por todas. O ¿qué pasa?, que los médicos somos tan bondadosos que sólo pensamos en el bien ajeno, pues no, muchas veces pensamos en que no nos den más el coñazo, porque somos tan humanos como los demás y un coñazo es un coñazo aquí y en Roma. Que sí, que hay que liquidarse hipocondríacos y que le vayan a dar el coñazo a su puta madre y por las buenas o por las malas.
Mirar yo soy médico pero no soy gilipollas y no me la van a dar con queso, ni me la van a dar con pastillas alucinógenas...me la darán un día, pero no dos y eso lo aseguro jurando sobre una puta biblia. El que quiera vacilarme, primero tendrá que apuntarse a la lista del paro, segundo cobrará una pensión por el intento (y porque éste es un país de gilipollas) y tercero, va a tener que volver a apuntarse, que ya me conozco el rollo de las bajas porque me duelen los riñones. Y un país no cambia por el poder de los votos, un país cambia si les mejoras las condiciones del día a día...vamos si les das vaselina y se la pones fina (¡qué vergüenza!, pero así es).
Siempre sale lo guarro, bueno siempre me sale a mi, a otra personas le salen otras cosas, por ejemplo le salen sarpullidos cuando se habla del sexo o le salen escozores indomables que lógicamente el médico de turno le recetará unos buenos antihistamínicos y para que ne se rasque y para que no de más el coñazo y que se duerma de una puta vez por todas. O ¿qué pasa?, que los médicos somos tan bondadosos que sólo pensamos en el bien ajeno, pues no, muchas veces pensamos en que no nos den más el coñazo, porque somos tan humanos como los demás y un coñazo es un coñazo aquí y en Roma. Que sí, que hay que liquidarse hipocondríacos y que le vayan a dar el coñazo a su puta madre y por las buenas o por las malas.
Mirar yo soy médico pero no soy gilipollas y no me la van a dar con queso, ni me la van a dar con pastillas alucinógenas...me la darán un día, pero no dos y eso lo aseguro jurando sobre una puta biblia. El que quiera vacilarme, primero tendrá que apuntarse a la lista del paro, segundo cobrará una pensión por el intento (y porque éste es un país de gilipollas) y tercero, va a tener que volver a apuntarse, que ya me conozco el rollo de las bajas porque me duelen los riñones. Y un país no cambia por el poder de los votos, un país cambia si les mejoras las condiciones del día a día...vamos si les das vaselina y se la pones fina (¡qué vergüenza!, pero así es).
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