A veces me escriben cosas que no sé...¿porque sabéis que me pasa?, pues nada... que estoy como un poquito escarmentado y de repente, te levantan estatuas y lo primero que pasa es que yo odio las estatuas y lo segundo, es que tanto ensalzamiento me pone de los nervios. Prefiero la distancia sin distancia, el hoy estoy aquí y mañana ya veremos y lo que no quiero que pase "es el que ahora te adoro y te endioso y mañana, eres un hijo de puta". Sí y ya sé que pasará igualmente, porque en la fase que parece la buena, te escuchan y no te escuchan y más bien, parece que te escuchan y esto que digo queda demostrado porque al final hacen lo contrario de lo que tu le dijiste que hicieran y es más, con lo que estaban totalmente de acuerdo o eso parecía.
Hay cosas y cosas y todas tienen su momento, pero hay cosas que desentonan y que estuvieron muy bien en sus tiempos y porque por el medio se tomaron una serie de decisiones y que por cojones (se quiera o no se quiera) hacen cambiar las cosas. No es lo mismo decir te quiero y dando un beso todo apasionado, que decir te quiero y lo siento porque ya no podré volver a verte. Las cosas, repito, tienen su momento determinado y lo que fue, fue y además, fue precioso y bonito...y es que si por encima de nosotros ha pasado una apisonadora que aplastó nuestros sentimientos, no cabe más que acudir a su funeral y entierro y asumir el mensaje del D.E.P. y demás gaitas que se dicen y se ponen cuando uno muere y por quedarse tieso.
Yo solo pido una muerte digna y eso engloba subir el concepto de dignidad por encima de todo y lo que yace muerto, yace muerto y por tanto, seamos capaces de hacerle una honrosa despedida...porque además, ya lo sabíamos, ya sabíamos que llegaría el momento de esa muerte y es que estaba escrito cuando empezó todo y estaba grabado con letras de oro y plata y ponía: D.E.P. y debajo estaba escrita una pequeña frase: "Nos veremos en el Infierno".
No hay comentarios:
Publicar un comentario