Precioso Domingo, precioso y más si es el día de San Jordi o día del Libro y porque todo parece que se engalana de letras y se viste de palabras. Bueno, cada uno hace de éste día lo que da la real gana y yo lo visto de libro y convierto los minutos en páginas y así, alucino como a mi me gusta alucinar. Día 23 de Abril y salgo yo a la calle (yo soy B) y me cruzo con A y ¡hola buenos días!, ¿como te va?, ¡qué bonito y precioso día! y en ese intercambio de saludos aparece C que nos conoce a los dos, ¡cuanto tiempo!, ¿qué es de tu vida y de la tuya?. Y ¿trabajas en el mismo sitio y como van los estudios de tus hijos? y bla, bla, blá. Y en eso aparece D, que está muy contento porque por fin ha conseguido trabajo, pero no lo dice y es que yo me enteré por otro lado y no lo dice porque a su edad le da vergüenza reconocer que estaba sin trabajo. Cada cual tiene sus propios complejos y demás mierdas.
Total que a B (que soy yo) le gustaba y le gusta H, que aún no apareció, pero que está en camino y a punto de aparecer. Claro que H tardará más de la cuenta y porque entre otras cosas le gusta hacerse de rogar y sabe que pòr ella, B (que soy yo) suspira más que respira. Pues ya está llegando H y hoy lleva una fina y delicada camisa de seda y el pantalón vaquero que tanto le gusta a B (yo, de nuevo) y un ¡buenos días! y nosecuantos besos entre H y B. ¡Bonito día! y en eso se acerca F, que hasta ahora no estaba allí y F les dice: os queréis mucho los dos. Y ni H ni B (que soy yo) le decimos nada, porque la evidencia la tenía delante de sus putos ojos o ¿que pasa?, ¿que para demostrar que dos personas se quieren se tienen que echar un polvo delante de todos?.
Y así y así fue transcurriendo el día de San Jordi y como dice la tradición, todos y todas regalándose mutuamente rosas y X se la regalaba a J y M a N y B (que soy yo) le regaló una hermosísima Rosa a H y era roja y con los pétalos blancos...pero a su vez, ella (la H) le obsequió a B (que soy yo) otra hermosa rosa y que ésta vez, si era rosa y como tenía que ser y es que una Rosa tiene que ser rosa y no blanca, ni azul, ni roja, ni negra, simplemente rosa. Pero bueno y darnos cuenta, se empezó a extender la mano oscura del atardecer y colorín, colorado, éste cuento se ha acabado.
Total que a B (que soy yo) le gustaba y le gusta H, que aún no apareció, pero que está en camino y a punto de aparecer. Claro que H tardará más de la cuenta y porque entre otras cosas le gusta hacerse de rogar y sabe que pòr ella, B (que soy yo) suspira más que respira. Pues ya está llegando H y hoy lleva una fina y delicada camisa de seda y el pantalón vaquero que tanto le gusta a B (yo, de nuevo) y un ¡buenos días! y nosecuantos besos entre H y B. ¡Bonito día! y en eso se acerca F, que hasta ahora no estaba allí y F les dice: os queréis mucho los dos. Y ni H ni B (que soy yo) le decimos nada, porque la evidencia la tenía delante de sus putos ojos o ¿que pasa?, ¿que para demostrar que dos personas se quieren se tienen que echar un polvo delante de todos?.
Y así y así fue transcurriendo el día de San Jordi y como dice la tradición, todos y todas regalándose mutuamente rosas y X se la regalaba a J y M a N y B (que soy yo) le regaló una hermosísima Rosa a H y era roja y con los pétalos blancos...pero a su vez, ella (la H) le obsequió a B (que soy yo) otra hermosa rosa y que ésta vez, si era rosa y como tenía que ser y es que una Rosa tiene que ser rosa y no blanca, ni azul, ni roja, ni negra, simplemente rosa. Pero bueno y darnos cuenta, se empezó a extender la mano oscura del atardecer y colorín, colorado, éste cuento se ha acabado.
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