TIEMPOS DE PAZ Y DESCANSO

Poco a poco voy montando y perfeccionando esos aspectos que quedan sueltos de mi casa: por ejemplo, el arreglo floral y decorativo de mis dos pequeños patios o sea, son cuatro chuminadas y cuatro plantas, pues ahora empieza la Primavera y hay que hacerse un hueco al aire libre que sea vistoso, hermoso y oloroso. Y quiero colorido y quiero mi medio ambiente perfumado por como se llaman, plantas aromáticas y sus derivados. Tampoco se trata de hacer un invernadero, primero, porque no tengo espacio (sino, ya veríamos) y segundo, porque si uno quiere darle aires de grandeza al chiringuito del invernadero, pues pasa que eso mismo cuesta pasta y dinero. Y no están los tiempos para lo que ya sabéis y es que vamos justos y justísimos de pasta. Y el tercer aspecto que yo quiero mencionar, es que me falta tiempo para poder cumplir todos mis planes.

A veces pienso que me paso de la raya, que quiero escribir, que deseo y quiero cuidar mis plantas, que tengo que hacer mis puñeteros recados (a los que tanto odio), pues suelen ser asuntos burocráticos. En fin, que hay que hacer de comer, que hay que currar a destajo, que hay que leer y ver lindas películas y claro, al final sumas y casi no te da tiempo a dormir 4 horas. Y yo lo siento mucho, pero yo necesito dormir y cumplir mis 7 u 8 horas seguidas. En eso voy al contrario del resto de los viejos, porque sé y lo compruebo cada vez que voy a currar, que los viejos madrugan a las 5 de la mañana y por eso a las 6 están puntuales para desayunar en el bar.

El día se puede estirar pero no tanto. Y uno se puede ordenar y marcar tareas y asuntos pendientes,
pero lo que uno no puede hacer es duplicarse o multiplicarse. Por un tiempo se puede, como se puede hacer con todo, pero yo llevo más de 5 años multiplicándome y creo que a éstas alturas tengo más que justificado hacer un descanso y sino me lo quieren dar me da igual y yo por mis cojones declaro la guerra y la paz y ahora toca, tiempo de paz y descanso.

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JULIO CORTÁZAR