¡NO HAN PODIDO CONMIGO!


Pues ahora seguía pensando en mis guardias de médico y de si merecía la pena pasar por lo que se pasa  y para que en definitiva, ir parcheando cuerpos. No sé, los Médicos vamos prolongando un poco más la vida a quién ya picó billete, porque lo natural sería morir de viejo, de desgaste y cuando toca...pero al final, nos aferramos a la vida como putos Leones. Y una cosa está muy clara, no hay quién se muera sin tener miedo y ya sea por desconocimiento a lo que es el más allá y ya sea por los pecados cometidos en vida o porque piensas que al fin y al cabo, tendrás que pagar y porque sabes que ya sea en ésta vida o en la otra, nadie se podrá ir de rositas. Porque eso también lo sabemos, sabemos que si tú pisas a las personas que de alguna forma te rodean, tarde o temprano ellos te pisarán y con cuerpo o sin cuerpo. Hay algo que se llama justicia, que no es precisamente la justicia humana y la que conocemos todos, hay otro tipo de justicia que es la verdadera y que se llama justicia divina pero sin Dios, ni Santos, ni Iglesias, ni Papa...divina de divinidad, divina de la vida y de la muerte y por eso no reconoce las fronteras entre lo vivo y lo muerto.

Digamos que si uno ha sido en vida un cabrón redomado, que no vaya a pensar que por morirse se va a librar de los daños causados, porque esos daños están apuntados dentro de la memoria colectiva de las personas que le rodeaban. Yo espero encontrarme con algún cabrón que sea por lo que sea, se me ha escapado de las manos y con la "sana" intención de retorcerle el cuello y arrancarle su cabeza de cuajo. La verdad es que siempre pienso: qué habrá tiempo para eso y que un gusano caído de mi cuerpo muerto decapitará a ese gusano enemigo, porque ese gusano mío lleva un par de genes que me identifican como persona que piensa que nunca es tarde para cumplir una amenaza pendiente o eso espero, que parte de mi ADN lo lleve ese puto gusano degollador de su gusano enemigo.

Bueno, pues éste pensamiento lo tengo cuando el sol me calienta la cabeza y estoy en proceso de insolación y todo mi Cerebro me arde por dentro. No puedo tener éste pensamiento antes de dormir porque me excito al pensar en la sangre derramada y en consecuencia, me acaba visitando mi querido y adorable Insomnio...y por eso, me lo tengo prohibido. Ahora bien, yo espero que en mi último suspiro de vida me acuerde de ésta clase de cabrones que intentaron joderme la vida. Y digo intentando, porque al fin y al cabo, ¡no han podido conmigo!.

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JULIO CORTÁZAR