Pues día 31 de Mayo y ya se va otro mes al carajo. Lo dicho, cuanto más quieres al tiempo, más veces te rechaza y la sensación que te domina es la de ir por detrás del tiempo y porque siempre irá más rápido que tus deseos. Yo por mi, paraba la máquina del tiempo, es más rompía esa puta máquina y a vivir que son dos días...Me acuerdo que cuando era pequeño o chavaliño me decía mi abuela (lo digo en plan figurativo, porque realmente mi abuela no decía nada que interesara a la mente y al alma humana): "hijo mío, la vida ha pasado como un cohete". Y ahora, que yo soy el viejo protagonista, me reafirmo en lo que decía hipotéticamente mi abuela: " la vida es demasiado corta". Corta pero intensa y ese ha sido mi caso, porque mi vida ha sido intensamente vivida y salvo algún que otro período en que estuve limpiando telarañas de cualquier techo, lo vivido ha ganado a lo muerto y por tanto y en definitiva, mi balance ha sido netamente positivo. Vamos, que volvería a vivir dos o tres vidas más.
Pero Dios o quien sea, solo me ha concedido una y con el reloj puesto y descontando segundo a segundo. Aún me acuerdo cuando yo pensaba que tenía toda la vida por delante y de esas, miraba a los viejos con cara de pena y porque desconfiaba de sus palabras cuando decían que la vida es demasiado corta y porque pensaba para mis adentros que los viejos son sacos de egoísmo que solo querían vivir más y más y a costa de lo que fuera. Pues hoy en día, yo soy uno de ellos (uno de esos viejos egoístas) y si soy egoísta ¡que importa!, ¿acaso le importa a los demás, acaso les molesta, acaso es un insulto?. Son los desprecios que tiene la juventud y porque aún le faltan y como diría el otro, varios hervores. De todas formas yo me veo casi igual de joven que de viejo, bueno, físicamente no, claro está, pero mentalmente y anímicamente me siento casi igual de payaso, casi igual de optimista, casi igual de idealista y de utópico. Y por el medio, entre mi juventud y mi vejez, hubo períodos de todo, de estar arriba y de estar abajo, de estar en el Infierno y de estar por encima de las nubes y más allá del Cielo.
Ahora en teoría debía vivir de los recuerdos y contar batallitas a mis nietos, pero no va a poder ser, primero, porque no tengo nietos y segundo y esto es lo más importante, porque me niego a caer en el papel de viejo pesado contando sus batallitas y lo de vivir de los recuerdos tiene un pase, porque me gustan y mucho mis añorados recuerdos. La verdad, es que me siento muy bien como viejo: más delicado físicamente, pero por dentro estoy lleno de viejos recuerdos, de brillantes pensamientos y de claros (que no retorcidos) sentimientos. Ahora sí, me falta llegar a un acuerdo con la muerte y a que hora y en que día y en que mes y año y yo lo único que le pido a la muerte, es que venga de repente y súbitamente. sin preámbulos, sin prólogo y sin previo aviso.
Pero Dios o quien sea, solo me ha concedido una y con el reloj puesto y descontando segundo a segundo. Aún me acuerdo cuando yo pensaba que tenía toda la vida por delante y de esas, miraba a los viejos con cara de pena y porque desconfiaba de sus palabras cuando decían que la vida es demasiado corta y porque pensaba para mis adentros que los viejos son sacos de egoísmo que solo querían vivir más y más y a costa de lo que fuera. Pues hoy en día, yo soy uno de ellos (uno de esos viejos egoístas) y si soy egoísta ¡que importa!, ¿acaso le importa a los demás, acaso les molesta, acaso es un insulto?. Son los desprecios que tiene la juventud y porque aún le faltan y como diría el otro, varios hervores. De todas formas yo me veo casi igual de joven que de viejo, bueno, físicamente no, claro está, pero mentalmente y anímicamente me siento casi igual de payaso, casi igual de optimista, casi igual de idealista y de utópico. Y por el medio, entre mi juventud y mi vejez, hubo períodos de todo, de estar arriba y de estar abajo, de estar en el Infierno y de estar por encima de las nubes y más allá del Cielo.
Ahora en teoría debía vivir de los recuerdos y contar batallitas a mis nietos, pero no va a poder ser, primero, porque no tengo nietos y segundo y esto es lo más importante, porque me niego a caer en el papel de viejo pesado contando sus batallitas y lo de vivir de los recuerdos tiene un pase, porque me gustan y mucho mis añorados recuerdos. La verdad, es que me siento muy bien como viejo: más delicado físicamente, pero por dentro estoy lleno de viejos recuerdos, de brillantes pensamientos y de claros (que no retorcidos) sentimientos. Ahora sí, me falta llegar a un acuerdo con la muerte y a que hora y en que día y en que mes y año y yo lo único que le pido a la muerte, es que venga de repente y súbitamente. sin preámbulos, sin prólogo y sin previo aviso.

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