¡A JODERSE TOCA!

              Dicen que la vida da muchas vueltas y que de tantas vueltas que da, seguro que nos volveremos a encontrar. Bueno, ese es el consuelo que tienes o que intentas tener cuando te has quedado con ganas de decir la última palabra y porque te has quedado mudo y cuando, por ejemplo en mi caso, suelo ser rápido en sacar la pistola...pero claro, uno no siempre se encuentra iluminado y con la pistola cargada. Hay momentos de relax, hay situaciones donde no estás o estás en otro lado o en el más allá y viajando a través del Universo...en fin, que estás como traspuesto y si en ese preciso momento te sueltan un borderío...¡zas!, la has cagado mi querido compañero...porque te la darán del derecho y del revés. Claro que después (a veces, hasta sin pasar un minuto) viene el pude decir esto y de ésta manera y con éste puto tono...y es que el "discurso del después" siempre es cojonudo y claro y brillante y deliciosamente conectado. Yo creo que las mejores contestaciones salen en el "discurso del después", sólo pasa que son contestaciones dentro de tu cabeza y que la mayoría de las veces, no se reproducen con la sonoridad de las palabras, es decir, no se dicen y porque o esa persona ya no está o porque no tiene sentido volver a la anterior historia.

               Y como último consuelo te dices: esto mismo se lo diré cuando la vuelva a ver y en ese momento nos lo creemos. Claro que no contamos con el factor tiempo, con el paso del tiempo y porque el paso del tiempo destroza parte de nuestra Memoria y entonces, cuando te vuelves a encontrar a esa persona, te pasa lo mismo, es decir, te vuelves a quedar mudo. Pero bueno hay un punto de la película en que si tienes posibilidades de vengarte de semejante listillo o listilla y es cuando el contrario se viene arriba y no le llega con mancillarte una vez y lo quiere hacer dos o tres veces y ahí, que aún estás en caliente y porque apenas han pasado unos minutos, tienes la metralleta cargada y lo matas y lo rematas con ráfagas de palabras. Vamos, que lo escarallas y lo haces papilla.

             No hay peor pecado que la soberbia del que se supone poderoso y por eso no le llega con dejarte a la altura del suelo y quiere rematar la faena de tal manera que te haga sentir el más gusano o el más larva del mundo. Y no sabéis que gusto da (o si lo sabéis) y cuando él se considera el rey del Universo y te vuelve a humillar...de repente se encuentra con un aluvión de tus palabras y bien y adecuadamente razonadas y entonces tú le das la última puntilla: ¡A joderse toca!...

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JULIO CORTÁZAR