Ya veis lo que pasa y pasa que hoy en Menorca está un día ennegrecido por nubes oscuras y negras que amenazan tormenta y alguna cosa más. Ya lo llevaba tiempo pidiendo, ya lo decía, ya lo soñaba, ya lo suspiraba...yo quería lluvia que no inundaciones, yo quería fuego controlado no inmensos incendios descontrolados que han arrasado mi Tierra gallega, además de Portugal y Asturias. Pero fijaros en una cosa, en Portugal ha dimitido la ministra de Interior que se hizo cargo de la gestión de los incendios y en Asturias y Galicia no ha dimitido nadie y porque aquí en la parte que nos toca (Galicia y Asturias) el fuego fue debido a causas naturales tipo catástrofes y además, por culpa de cuatro desalmados sueltos (cuatro pirados todos locos)...pero digamos que la gestión por parte de los responsables ha sido muy buena y porque lo dicen ellos. Aquí todo se hace muy bien y se gestiona que te cagas, es decir, Galicia pertenece a Europa, Portugal también pero está más al sur, un poquito más al Sur, pero ese poquito debe influir un huevo y porque queda más que claro que hay dos formas de comportamiento.
Vamos a ver, aquí en España no dimite ni Dios y es que la pregunta del millón es ésta: ¿para qué dimitir, si va a venir otro que seguramente lo hará igual o peor que yo?...pues para eso, piensan estos descarados mangantes, para eso sigo yo en el puestecito conseguido con tanto sudor y tanto primor. Y que importa que gestiones mal el tema de los incendios (aunque en realidad da igual el tema que sea). Y es que el tema de fondo está en que uno se siente imprescindible y todo por la prepotencia que rezuma el que tiene un algo de ese poder. Alguien con dignidad en ese cargo, si ve que lo ha gestionado mal, lo primero que hace es pedir su propia dimisión y de forma irrevocable. O por lo menos debía ser así y así es en otros países que no sean España.
Yo no sé como lo hacen nuestros cargos políticos y no lo sé, porque cada vez que pasa algo miran hacia otro lado, o mejor dicho, acuden a factores externos, catastróficos y apocalípticos que ellos, por su puesto, no pueden controlar, pero si sé que lo que controlan y de forma muy eficaz, es mantener su silloncito bien calentito...y porque esa es su principal preocupación. El lema es: "que no dimita ni Dios y si hoy ha pasado esto, mañana pasará lo otro" y punto y pelota.
Vamos a ver, aquí en España no dimite ni Dios y es que la pregunta del millón es ésta: ¿para qué dimitir, si va a venir otro que seguramente lo hará igual o peor que yo?...pues para eso, piensan estos descarados mangantes, para eso sigo yo en el puestecito conseguido con tanto sudor y tanto primor. Y que importa que gestiones mal el tema de los incendios (aunque en realidad da igual el tema que sea). Y es que el tema de fondo está en que uno se siente imprescindible y todo por la prepotencia que rezuma el que tiene un algo de ese poder. Alguien con dignidad en ese cargo, si ve que lo ha gestionado mal, lo primero que hace es pedir su propia dimisión y de forma irrevocable. O por lo menos debía ser así y así es en otros países que no sean España.
Yo no sé como lo hacen nuestros cargos políticos y no lo sé, porque cada vez que pasa algo miran hacia otro lado, o mejor dicho, acuden a factores externos, catastróficos y apocalípticos que ellos, por su puesto, no pueden controlar, pero si sé que lo que controlan y de forma muy eficaz, es mantener su silloncito bien calentito...y porque esa es su principal preocupación. El lema es: "que no dimita ni Dios y si hoy ha pasado esto, mañana pasará lo otro" y punto y pelota.
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