Proseguimos, sobrevivimos y a veces arrastramos nuestros diezmados cuerpos (por lo menos, diezmado está el mío) y nos decimos ¡Adelante! que siga la vida y que los restos que han quedado destrozados después de la batalla, que vengan los Buitres y que se coman los despojos y es que hay que dar vida a la vida y si un trozo de nuestra carne sirve para dar alimento a algún animal, ¡bienvenido sea! y que siga la fiesta y que no decaigan los ánimos y me cago en todo el positivismo del mundo mundial. Vamos a ver, hay un tiempo para la gloria y hay otro tiempo parea saborear la derrota y los dos tiempos hay que conservarlos y darles su espacio...y porque sino lo que parece curado se abrirá a la mínima de cambio y entonces habrá que intentar que todo cicatrice de nuevo, pero ésta vez tendrá que cicatrizar por segunda intención y eso supone dejar un callo hipertrofiado sobre mi delicada piel de terciopelo y yo no quiero tener más cicatrices, ni más callos, ni más penas, ni más glorias con penas...yo quiero tener la solución de todo y que las penas pasen sin dejar cicatrices y que los buenos momentos presidan mi mesa y que se cuelen en el fabuloso mundo de mis sueños....yo no quiero un mundo absolutamente feliz pero casi.
Yo ahora quiero las cosas tibias, ni demasiado calientes porque me queman, ni demasiado frías porque me duelen, bueno y en realidad las quiero así en todo menos en el tema amoroso, que ese lo quiero pasional, desmadrado, desmedido, exagerado, loco y si pudiera ser más ilógico, porque en realidad, de lo que estoy más que harto es de la lógica y más lo estoy de la lógica humana...esa que dice, que debemos ser cabales, sonrientes, felices y porque según dicen hemos crecido en un mundo feliz y al parecer hay que andar con la sonrisa puesta y dotarse de la filosofía del "buen rollo". Y todo esto es porque no nos enteramos y porque deformamos nuestra realidad y para darle un aire de "buen rollo" y porque nos dicen que la vida es un regalo de dios y que por tanto y por siempre, que debemos estar agradecidos.
Y yo lo estoy, pero no hacia Dios, lo estoy hacia mi mismo y hacia lo que me rodea y por dos cosas: porque he sabido montármelo bien y por eso no tengo un agradecimiento hacia nadie en concreto y segundo, porque lo de mi alrededor sonríe o se cabrea o se deprime según yo lo mire y eso se llama tener un poder y un don especial. Y vamos a ver, a mi nadie me ha regalado nada y todo me lo he tenido que ganar a pulso y con el sudor de mi frente y a veces, de mi Sobaco. Por tanto concluyo: hay seguir en el candelero, hay que seguir en la puta brecha, hay que romper cadenas y fronteras, hay que seguir controlando a los poderosos de la Tierra y del Cielo, hay que seguir cuidando a las plantas (las plantas me encantan), hay que levantarse cada mañana con los ánimos a tope y hay que seguir diciendo, yo estoy aquí y aquí estoy y al pie del cañón y ojo avizor y con las botas puestas y siempre dispuestas para salir corriendo y darte un abrazo y un millón de besos y un último consejo: que nunca nos olvidemos de los abrazos y de los besos....bueno, a quién se lo merece (eso por supuesto).
Yo ahora quiero las cosas tibias, ni demasiado calientes porque me queman, ni demasiado frías porque me duelen, bueno y en realidad las quiero así en todo menos en el tema amoroso, que ese lo quiero pasional, desmadrado, desmedido, exagerado, loco y si pudiera ser más ilógico, porque en realidad, de lo que estoy más que harto es de la lógica y más lo estoy de la lógica humana...esa que dice, que debemos ser cabales, sonrientes, felices y porque según dicen hemos crecido en un mundo feliz y al parecer hay que andar con la sonrisa puesta y dotarse de la filosofía del "buen rollo". Y todo esto es porque no nos enteramos y porque deformamos nuestra realidad y para darle un aire de "buen rollo" y porque nos dicen que la vida es un regalo de dios y que por tanto y por siempre, que debemos estar agradecidos.
Y yo lo estoy, pero no hacia Dios, lo estoy hacia mi mismo y hacia lo que me rodea y por dos cosas: porque he sabido montármelo bien y por eso no tengo un agradecimiento hacia nadie en concreto y segundo, porque lo de mi alrededor sonríe o se cabrea o se deprime según yo lo mire y eso se llama tener un poder y un don especial. Y vamos a ver, a mi nadie me ha regalado nada y todo me lo he tenido que ganar a pulso y con el sudor de mi frente y a veces, de mi Sobaco. Por tanto concluyo: hay seguir en el candelero, hay que seguir en la puta brecha, hay que romper cadenas y fronteras, hay que seguir controlando a los poderosos de la Tierra y del Cielo, hay que seguir cuidando a las plantas (las plantas me encantan), hay que levantarse cada mañana con los ánimos a tope y hay que seguir diciendo, yo estoy aquí y aquí estoy y al pie del cañón y ojo avizor y con las botas puestas y siempre dispuestas para salir corriendo y darte un abrazo y un millón de besos y un último consejo: que nunca nos olvidemos de los abrazos y de los besos....bueno, a quién se lo merece (eso por supuesto).
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