LAS GANAS DE VIVIR Y DEMÁS...

                   En cierta forma y en cierta manera o medida... ahora me siento reacio a la escritura o sea al hecho de sentarse y al otro hecho de liarse la manta a la cabeza y escribir lo que me da la gana y lo que me apetezca. Creo que estaba a punto de petar y simplemente me he dejado llevar por las emociones. Y es que mis emociones me decían todas a la vez y al mismo tiempo: "tío deja la escritura que te estás esclavizando con ese tinglado, pues escribir cuelga y cuelga mucho". Bueno y se puede decir que en ésta vida he probado otra droga dura y además, me hace dudar de si no será la droga dura más fuerte....Bueno, estoy seguro que los que viven de éste cuento o sea los profesionales de la escritura dirían y dicen que que es una droga muy sana y como todos los drogadictos también dirían que cuando ellos quieren y cuando a ellos les apetezca se pueden dedicar a cualquier otro tipo de actividad. Y voy yo y me lo creo y además me chupo el dedo y de vez en cuando otras cosas....Pues mira que no me ha costado sudor y lágrimas descolgarme de mis 10 a 14 horas diarias dando la murga en éste teclado. Claro que habría que pensar en el principio de todas ésta historia y después y como toca, pensar en el puto final de toda ésta época media loca y sobre todo, transgresora.

 Bueno, vamos a ver: yo anduve colgando de un fino hilo y me columpié en él y lo hice hasta descoserme por dentro y hasta dejar mi Alma patas arriba y mi Cuerpo un poco más destrozado...pero siempre con el pegamento a mano y siempre dispuesto para volver a juntar mis partes y que de ahí volviera a salir un nuevo Bruno. Siempre pensamos que nos podemos reciclar o transformar...y la verdad ¡qué menos mal!. ¡Qué menos mal que como seres humanos muy pocas veces perdemos la esperanza y que la vida nos trae más vida y aunque (como me pasa a mí) los cuerpos van encogiéndose y marchitándose y lo digo sin ninguna acritud, ni resentimiento....pues eso, que mi reflexión va por el camino utópico (como todo lo mío) y concluyo y lo concluyo a mis 62 años del ala: la vida y la muerte se juntan (y eso es una verdad de fe), pero mientras tanto que nos quiten lo disfrutado y lo que nos queda por disfrutar. Qué será menos que antes (cuando eras joven y capullito) o eso nos dicen y quién se lo quiera creer que se lo crea y que además se joda...pues mira que lo va a pasar mal en sus últimos años de vida. Porque éste pensamiento te carcome por dentro y te destruye ipso facto y sin ningún remordimiento....

No sé, yo me lío demasiado...pero pasa una cosa: que entiendo que la vida es así o sea, que es así de liada y de complicada. Pero debemos entender otra cosa: la vida por complicada que sea no significa que no se pueda disfrutar. O sea yo reclamo el disfrute y además estoy convencido que la vida cuanto más complicada sea más disfrute conlleva (me lo dice la experiencia y sobre todo, me lo dicen las ganas que tengo de vivir, que en mi caso son inmensas). Y en definitiva yo creo que lo que puede en mí, es eso: son los inmensas ganas que tengo de vivir y las pocas ganas que tengo por agotar mi existencia. De todas maneras y para que quede muy clarito: "quiero vivir y con toda la intensidad posible...pero también sé que los orejas de la muerte asoman detrás de aquella colina...o sea, de aquella colina que antes y hace mucho tiempo, no podía ni ver ni intuir...pero que ahora, me hace de horizonte y de cada vez más cercano. Bueno, somos humanos y nos tocó vivir y lo que nos queda por vivir (que aunque sea poco, es igual o más interesante)...pero vayamos entendiendo que los féretros tienen sus propias medias y que hay que empezar a dar los parámetros adecuados. Y la vida sigue y mientras siga... seguiremos viviendo y pataleando y sobre todo, seguiremos disfrutando de éste maravilloso viaje en el que nos hemos embarcado. Y en éste caso y en casi todos: lo importante es el viaje y no es el destino...

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JULIO CORTÁZAR