Hay cosas en la vida que marcan,
que siempre hay alguien que te destroza fibras y músculos,
que hace agujero y nido
que ahí se incuba como un virus con apariencia de saludable
pero que en realidad, es mortífero
(a todos lo amores les pasa lo mismo y sin excepción)
y de ahí a la sangre, hay un simple paso,
pues en nada se extiende como una mancha de aceite
pasa acariciando tus orgullosos órganos y besando tus vísceras huecas
que a su vez y en su debido momento, estuvieron llenas de besos
y que de vez en cuando y para no aburrirse, se entretiene saltando articulaciones
y de una en una y dos en dos
y cada célula que invade le absorbe su deteriorado Cerebro
y no queda nada en la memoria,
ni el recuerdo de aquél beso,
ni la sombra de aquél árbol,
ni siquiera queda el pijama a rayas de aquél Faro
y por eso a veces creo que un día tuve un sueño
y por eso otras veces, pienso que la Fiebre me había subido tanto y tanto
que me hizo alucinar entre caricias y abrazos
pero dicen y yo lo sé muy bien,
que el tiempo lo cura todo
y que el desamor no es la muerte definitiva,
porque sino yo no estaría vivo,
he pasado más veces por esto
y de todas y sea como sea,
fui salvando mis muebles,
porque al final es de lo que se trata,
de salvar lo que puedas
y que lo uses de otra forma y manera,
y yo sé que nunca es tarde
y porque lo único definitivo es la muerte,
pero creo que me estoy despidiendo de amores
y no por miedo, ni nada parecido,
sino y más bien, porque me queda muy poco tiempo,
casi no me da tiempo a respirar,
casi no puedo escribir por falta de días y horas,
creo que en mi vida he muerto miles de veces
pero en todas he resucitado
y he regresado más fuerte y más entero que la vez anterior
por tanto, no tengo miedo
pero si creo que me estoy despidiendo del amor
y esto lo digo sin ninguna acritud
he tenido tanto amor a lo largo de mi vida,
que ahora me considero satisfecho
y como si estuviera en pleno proceso de digestión,
me siento Boa constrictor digiriendo una Tonelada de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario