Mis dramas no son tus dramas,
mis dramas hablan de...
de barcos hundidos,
de naufragios sin barcos,
de vientos helados y huracanados
de precipicios de vicio,
de dolores absurdos e inhumanos,
de ejércitos y legiones sin honra
y sin nada para llevarse a la boca,
hambre legionaria,
deshonra de tropas,
batallas perdidas,
y al fin,
rendidas al enemigo.
mis dramas hablan
de buitres revoloteando alrededor de mi Cabeza
de Hienas sin dientes muertas de hambre,
(de que pena, que me hayas olvidado),
de nadar a contracorriente,
de sacrificio, de fuerza de voluntad,
de pasión desenfrenada,
de ardores de estómago,
de punzadas de boca,
de palpitaciones sensibles,
de dolor de alma,
de burbujas sin aire,
de miedo, de cobardía,
de pena lánguida y fría,
de pensamientos obsesivos, ponzoñosos y recurrentes,
de cefaleas en racimos de uvas,
de dolor de muelas urente y urgente,
(de que pena, que me hayas olvidado)...
de noches inciertas,
de días oscuros,
de tardes siniestras,
de instantes alucinantes,
de historias de miedo
de cuentos de magia,
de druidas que mueven molinos,
de aguas borrascosas,
de tormentas sin rayos,
(de que pena, que me hayas olvidado)
de monstruos tenebrosos,
de desprendimientos de Retina,
de miradas soslayadas,
de cataratas, de cataratas del Niágara,
de selvas, de islas,
de baños en la noche,
de muertos en la noche de los muertos,
de muertos vivientes y a los que hay que hincar el diente,
de amores, de amores incomprendidos
(de que pena, que me hayas olvidado)
de leche desnatada,
de leche cremosa y sin latosa,
de ansias, de cuelgues,
de latidos acelerados,
de conversaciones alrededor de un fuego,
de crujidos en la noche más larga,
de resquemores madrugadores,
de desayunos grandilocuentes,
(de que pena, que me hayas olvidado)
en fin, mis dramas
hablan de hermosos duendes
que se cuelan por los resquicios de mi mente
y saltan...
y cuando saltan, duele
y cuando duele,
es que mis dramas, han despertado.
mis dramas hablan de...
de barcos hundidos,
de naufragios sin barcos,
de vientos helados y huracanados
de precipicios de vicio,
de dolores absurdos e inhumanos,
de ejércitos y legiones sin honra
y sin nada para llevarse a la boca,
hambre legionaria,
deshonra de tropas,
batallas perdidas,
y al fin,
rendidas al enemigo.
mis dramas hablan
de buitres revoloteando alrededor de mi Cabeza
de Hienas sin dientes muertas de hambre,
(de que pena, que me hayas olvidado),
de nadar a contracorriente,
de sacrificio, de fuerza de voluntad,
de pasión desenfrenada,
de ardores de estómago,
de punzadas de boca,
de palpitaciones sensibles,
de dolor de alma,
de burbujas sin aire,
de miedo, de cobardía,
de pena lánguida y fría,
de pensamientos obsesivos, ponzoñosos y recurrentes,
de cefaleas en racimos de uvas,
de dolor de muelas urente y urgente,
(de que pena, que me hayas olvidado)...
de noches inciertas,
de días oscuros,
de tardes siniestras,
de instantes alucinantes,
de historias de miedo
de cuentos de magia,
de druidas que mueven molinos,
de aguas borrascosas,
de tormentas sin rayos,
(de que pena, que me hayas olvidado)
de monstruos tenebrosos,
de desprendimientos de Retina,
de miradas soslayadas,
de cataratas, de cataratas del Niágara,
de selvas, de islas,
de baños en la noche,
de muertos en la noche de los muertos,
de muertos vivientes y a los que hay que hincar el diente,
de amores, de amores incomprendidos
(de que pena, que me hayas olvidado)
de leche desnatada,
de leche cremosa y sin latosa,
de ansias, de cuelgues,
de latidos acelerados,
de conversaciones alrededor de un fuego,
de crujidos en la noche más larga,
de resquemores madrugadores,
de desayunos grandilocuentes,
(de que pena, que me hayas olvidado)
en fin, mis dramas
hablan de hermosos duendes
que se cuelan por los resquicios de mi mente
y saltan...
y cuando saltan, duele
y cuando duele,
es que mis dramas, han despertado.
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