OK, ¿VALE? (Poema)

Conocéis aquél verso libre que decía:

la noche es la Luna vestida de noche,

(creo que me lo he inventado),

pero en eso consiste el asunto,

en dar datos y fechas sin consistencia alguna

y a su vez, dotarlos de datos y fechas históricas

y si se puede, decorarlos con altos vuelos y los más altos abolengos

y aquí yace un héroe que se cagó por sus patas,

o aquí mismo y sobre éste balcón

 declaró su amor un príncipe guapo,

y a mi lo de la guapura, hermosura, fealdad,

me importan todos un pimiento

o mejor dicho, una puta mierda de mierda

(es que hoy estoy un poco cabreado y por eso me sale tanta mierda),

pero sabemos

y lo sabemos muy bien, 

que hay personas que se alimentan a base de bellos cuentos de mierda

y con un príncipe y una bella princesa ya tienen todo solucionado,

pero en realidad les da igual el decorado,

porque los unos se disfrazan de héroes salvadores de patrias nuevas o viejas

(y que cada uno interprete esto como le apetezca)

y los otros, se creen lo que les escribe el "Hola"...

que el Príncipe consorte y la bella Princesa aún no se han follado,

y es que ni siquiera un pelo se han tocado

y voy yo y me lo creo,

pero en la foto, en la dichosa foto retocada

salen con cara de vírgenes impolutas que nunca han pronunciado una mala palabra

(de la plebe, se supone),

los dos y si sobre todo él, el Príncipe consorte,

suelen recaer más sospechas digamos... pecaminosas

y eso es que tú y yo no sabemos un pijo de la realeza,

la realeza nunca miente,

la realeza te dice:

 yo no he sido

y de inmediato todas sus venas se llenan de ríos de verdades

verdades como puños y en las que no hay nada que demostrar,

su verdad es de sangre azul añil 

y la tuya es descafeinada como la puta plebe

y es que si te miras en el espejo,

y sale una especie de figura desdibujada por la niebla del que nunca se entera,

es que al fin y al cabo, tú no eres el Príncipe heredero,

o sea, que de pasta gansa...nada de nada...

tú a servir y a callar, que ya es bastante.

Ok, ¿vale? o sino a galeras a remar...

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JULIO CORTÁZAR