Otro día más en el disparadero,
otro día más por el que seré juzgado,
señor demuéstreme que hizo el día 23 de Noviembre de 2018,
¿tiene usted coartada?
¿que hacía, que estaba haciendo?
¿qué hacía usted en su casa?,
pues nada...yo escribir y escribir...y escribir
y seguir escribiendo y no dejar de escribir...
¿tiene testigos de ello?
¿hay alguien que pueda servir de testimonio?
alguien no, algo sí...
el ordenador, el teclado, la mesa de estudio,
las plantas y flores que adornan mi casa,
la chimenea encendida,
el café recién hecho,
la telaraña del techo....
en fin, pongo de testigo a mi santa casa
y a todos sus fantasmas,
que son muchos y hasta a veces pienso,
que son demasiados,
pero como mi casa es grande y es inmensa,
las fantasmas en realidad no ocupan mucho espacio,
cada uno tiene su propia habitación, lugar y sitio,
y sólo de vez en cuando nos reunimos todos en la sala de estar,
a la hora del ángelus,
a la hora del té y justo antes de irnos a dormir,
los tres momentos del día que hacen al día especial,
nos gusta estar a ratos juntos,
y darnos los ¡buenos días!
y despedirnos con un ¡buenas noches! y ¡hasta mañana!
y si queréis testigos os presento a mis presencias,
son vaporosas, son algodonosas,
son cariñosas, son entusiastas,
son presencias evanescentes que salen de las paredes,
que se cuelgan de los cuadros,
que se mueven entre los candelabros,
que susurran sonidos,
que se quejan de los ruidos,
y que llegada la noche,
se adormecen conmigo...
pero antes hay que decir el:
el ¡buenas noches! y ¡hasta mañana!.
otro día más por el que seré juzgado,
señor demuéstreme que hizo el día 23 de Noviembre de 2018,
¿tiene usted coartada?
¿que hacía, que estaba haciendo?
¿qué hacía usted en su casa?,
pues nada...yo escribir y escribir...y escribir
y seguir escribiendo y no dejar de escribir...
¿tiene testigos de ello?
¿hay alguien que pueda servir de testimonio?
alguien no, algo sí...
el ordenador, el teclado, la mesa de estudio,
las plantas y flores que adornan mi casa,
la chimenea encendida,
el café recién hecho,
la telaraña del techo....
en fin, pongo de testigo a mi santa casa
y a todos sus fantasmas,
que son muchos y hasta a veces pienso,
que son demasiados,
pero como mi casa es grande y es inmensa,
las fantasmas en realidad no ocupan mucho espacio,
cada uno tiene su propia habitación, lugar y sitio,
y sólo de vez en cuando nos reunimos todos en la sala de estar,
a la hora del ángelus,
a la hora del té y justo antes de irnos a dormir,
los tres momentos del día que hacen al día especial,
nos gusta estar a ratos juntos,
y darnos los ¡buenos días!
y despedirnos con un ¡buenas noches! y ¡hasta mañana!
y si queréis testigos os presento a mis presencias,
son vaporosas, son algodonosas,
son cariñosas, son entusiastas,
son presencias evanescentes que salen de las paredes,
que se cuelgan de los cuadros,
que se mueven entre los candelabros,
que susurran sonidos,
que se quejan de los ruidos,
y que llegada la noche,
se adormecen conmigo...
pero antes hay que decir el:
el ¡buenas noches! y ¡hasta mañana!.
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