Si hago cálculos,
cosa que nunca hago,
seguramente acabaré tirado en un charco
y lo digo sin lástima y sin pena,
lo digo a pelo y sabiendo que es una ruina de pensamiento,
(todos tenemos pensamientos tenebrosos a lo largo de nuestras vidas),
y a mi de repente me vino una visión panorámica sobre mi destino,
yo tirado en el suelo y con el rostro medio cubierto por el agua de un charco,
claro que eso me pasa cuando hago cálculos
y como nunca los hago, pues nunca me pasa
y es más, estoy decidido a ¡que me importe una mierda mi destino!,
si estoy condenado a morir dentro de un charco...ese será mi destino
y no por ello dejaré de saltar sobre los charcos bajo la intensa lluvia,
ni de disfrutar de su sabor a barro sucio y negruzco,
y por todo esto y otras cosas, no hago cálculos,
y porque en realidad y ya lo dije anteriormente,
¡me importa una mierda mi destino!,
si tengo que morir empalado nadie me va a quitar de que pase,
si tengo que morir de celos...
primero, tendría que convulsionar con ellos
y antes que morir de celos prefiero morir en un charco...
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