
Ayer buscando la Luna,
me encontré con ella, la bella,
la osada, la atrevida,
la más lúcida de todas,
la más bella dama de mi jardín en flor
y me acordé de esto:
uno, éramos y fuimos uno,
a veces no, a veces éramos dos,
y como no hay dos sin tres,
al final, éramos tres
y señoras y señores...
tres son multitud se mire por donde se mire,
tres son tres ideas distintas en tres mundos distintos,
tres son tres sentimientos con tres aspavientos
y en tres formas de ser,
tres es un número infinito de probabilidades
que en su día, fueron menos,
pero pasó que el factor tiempo las hizo legión
y eso es lo que somos,
legiones de historias desestructuradas,
legiones de sentimientos colgados de un hilo muy fino,
legiones de fechas, legiones de cifras,
legiones de autores, legiones de citas
y de nuevo acabamos en legiones de...
en legiones de historias,
algunas muy mal contadas
y otras, rozando la perfección,
pero la historia más bella de mi extraña vida,
es cuando me encontré a esa bella flor llamada Luna.
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