
Mi historia se escribe con V de victoria,
o eso a veces... me gusta pensar,
mis pérdidas son derrotas olvidadas y enterradas,
además dicen, que de los errores se aprende
y siento y siento mucho discrepar con ello:
el error te lleva a más error y una y otra vez,
y como si te hubieran metido en una puta Noria
que no para de dar vueltas alrededor del mismo sistema de pensamiento,
para mi...error igual a error,
para mi...error creciente con el sol naciente,
o error de mañana que se incrementa al mediodía,
o que al llegar la tarde se engrandece con los Ojos de la Luna,
y además, si a mi me sienta bien...
si me sienta bien pensar que soy un puto ser victorioso,
dejadme en paz y tranquilo,
desde luego me iba peor
cuando me sentía débil y debilitado como un Perro famélico y desvaído,
y casi tocando las profundidades del los mares,
allí, me encontraba a mano derecha y al fondo del Océano
(como el water de los Bares)
y es verdad que allí me sentía un puto desperdicio,
que como hacen todos los desperdicios inmundos que se consideran inservibles
sólo esperaba a que llegara mi hora
y para largarme al otro Barrio...
pero lo que yo no sabía,
es que una vez que tocas fondo te reflotas como un Barco recién construido
(por desgracia no siempre pasa...pero pasa a veces)
y lo único que tienes que hacer es fijar el rumbo
y calcular tu velocidad de crucero y como dice el refrán:
¡Viento en Popa y a toda Vela!
y hasta ahora puedo decir y además lo digo:
¡Qué hasta aquí he llegado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario