
No recuerdo haberme perdido entre la niebla,
pero si en una especie de nebulosa indefinida,
suave, tierna, amablemente húmeda y mojada,
extrañamente diferente
y en donde siempre flotaba como un ser inerte
y vacío de peso,
no recuerdo los días sin lluvia,
mis días, mis mejores días,
han sido de lluvia y de lluvia intensa,
días de nubes negras y cristales mojados,
días en que el sonido del correr del agua,
era mi música de fondo...
y Yo me veo tal como hacía de niño (y esa imagen es fija),
chapoteando en medio de charcos.
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