ACORDAROS DE MI

Cuando me dejéis, 

no olvidaros de mi,

dejarme un hueco en cualquier rincón de vuestra memoria,

sentarme a la sombra de la Hipófisis,

 al lado de la grandiosa Silla Turca

con vistas al nervio Óptico a su paso por el Quiasma de Sevilla,

justo en la esquina que da al Hipotálamo y a la gran Avenida,

 a la vera del Lóbulo frontal,

y acordaros de mi, 

de mi, con vuestra memoria,

de la mía, expongo ráfagas:

luces de neón, 

más recuerdos con besos,

luces en la noche, faros de coche, 

muelles y barcos,

olores a algas de yodo,

chocolate con churros,

café con leche,

borrachera seca,

borrachera líquida,

gin tonics, cervezas, vinos,

los Lunes al sol,

los Viernes por la calle,

meada de perros,

el sol, ¿que quién coño encendió el sol?,

que no sé si llegaré a casa,

que si es Sábado y ¿qué hago?

te llamo o no te llamo

mientras me doy otra vuelta en la cama,

más náuseas, más ardores,

más cefaleas en racimo

y que molesto es mi vecino,

arcadas y vómitos,

me muero o no me muero,

no sé, todo es puta resaca,

mañana será Domingo

y no Domingo de ramos,

será un Domingo más dentro de mi Manicomio,

yo te daré un buenos días

y tú me contestarás...

¡buenas noches!