LAS PIERNAS Y LA CLAUDICACIÓN

                               Pues resulta que sí. Pues hoy leí una noticia en un periódico gallego que venía a decir: Se invita a café y a ensaimada ( o algo parecido) a los vigueses de a pie (viandantes naturales de mi Vigo natal) y que se acerquen a la Puerta del Sol (en el mismo centro de la ciudad) y  se les invitará muy gustosamente y en honor del vehículo más sostenible que existe, "las piernas". Y me gustó esa historia del vehículo más sostenible y "las piernas" y si yo en éste momento estuviera en Vigo, me hubiera acercado a la Puerta del Sol, Claro, que mis piernas ya no son lo que eran, pero creo que por eso mismo las tengo en mucha más estima. Porque ahora, están tocadas y mancilladas por su falta de riego sanguíneo y todo por haber fumado a lo largo de mi vida, fábrica y media de tabaco. Por tanto, están obstruidas y ando 500 metros (si llego) y me tengo que parar por el dolor incapacitante que producen mis piernas. Mis piernas claudican ante un moderado y leve ejercicio, es decir, se quedan temporalmente sin riego cuando el músculo y debido al ejercicio, reclama que se abran las compuertas de mis arterias Femorales. Y como éste aporte no se puede producir y debido a la obstrucción existente, pues pasa que los los músculos se quejan y en forma de un dolor alucinante. Como diría el otro, me lo he ganado a pulso yo solito.

             Y la cañería está atascada y no hay vuelta de hoja. Llevo 2 o 3 años sin fumar y no hay mejoría, ni perspectiva de que la haya próximamente. Lo obstruido...obstruido está (el daño está hecho). Y no dejo de acordarme de mis últimos tiempos jugando al Padel, casi lloraba de dolor, pero el orgullo casi podía más que el dolor y seguía jugando como sino pasara nada (intentaba disimular) y para que los contrincantes no vieran mi punto más débil (que era mi incapacidad física)...y es que sabía que si intuían mi debilidad, no pararían de tirarme todas pelotas a mi. Pero vamos a ver una cosa, yo también lo hacía al revés. Es decir, si veía a un contrincante más débil y por la causa que fuera (y sino que no jugara, eso pensaba) , pues para mi sería nombrado el perfecto candidato para que le fueran todas las pelotas que yo devolvía o atacaba...Competitividad al grado máximo o la teoría de la selección natural y como la vida misma y donde lo más natural del mundo es la competitividad desbordante. Esto mismo, yo creo que pasa en tantas cosas, que al final se hace de los más natural ser competitivo en todas las facetas vitales. 

                          Ya, ya y ya...ya conozco el peligro de éste tipo de reflexiones... pues una vez llevadas a sus extremos, parece que para avanzar un poco más en ésta sociedad que nos ha tocado vivir, tenemos que ir pisando al más débil de la tribu. Pero tampoco se trata de eso y más bien de lo que se trata es de ganar sin avasallar y sin pisar. Se trata de ganar para a continuación ofrecerle la mano. Bueno, esto que acabo de decir es la puta teoría que viene escrita en los libros, pues en la práctica y esa es mi puta realidad, es que yo he jugado (currando no he sido tan bestia) toda mi vida para ganar. Me enseñaron a ser competitivo hasta las últimas consecuencias y lo verdaderamente malo que me pasa ahora, es que estoy en el eslabón más débil de la película y las cosas vistas desde el otro lado del espejo, no son iguales y son inversas. Yo ahora pido jugar sin competitividad y no por nada, sino porque no puedo dar lo que tendría que dar o lo que yo me exijo que tendría que dar. Bueno, poco a poco y con buena letra voy entrando en esa especie de filosofía que dice: no tenemos porque ser competitivos in extremis y lo podemos ser más suavemente, con más cariño que antes, con más aplomo, con más paciencia y por supuesto, con muchos más descansos e intermedios y si me apuráis más, hasta se te pueden conceder más tiempos muertos...Bueno estos últimos ad integrum, no tardarán mucho tiempo en ser concedidos, solo que yo quiero más de los otros tiempos muertos tipo baloncesto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR