
Me dieron ojos para poder ver y mirar,
me dieron manos y dedos para poder tejer mi hilo invisible,
me dieron estómago para poder soportar algunas visiones,
me dieron crema para poder hidratar mis ideas,
me dieron cien pies para andar y correr,
me dieron el hábito y la droga,
me vistieron de cura y no me pusieron la cura,
me tuve que ganar la vida a pulso y sin impulso,
tuve que remover mis viejas creencias ancestrales,
puse una pica en flandes
y otra en el fin del mundo,
atravesé estrellas estelares,
me disfracé de estrella fugaz,
encendí mis pilas de adrenalina,
me dije...voy a vivir...
y aquí estoy
y de momento, hasta aquí he llegado,
¿qué si me arrepiento de algo?
pues claro,
me arrepiento de no haber querido más,
de no haber hecho más
de no haber arrancado mi piel a mordiscos llenos de amor y rabia,
apasionados mordiscos,
ciegos de ira y de rápidos reflejos,
dolientes y doloridos con manantiales de sangre
y en esa orgía de los sentidos sin ningún sentido,
levantaría mi pulgar hacia el cielo
y en señal de que por fin
me ha poseído el diablo...
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