LA NOCHE Y EL DÍA





Hay que vivir al día en cada minuto del día,

y dormir despierto durante la eternidad de la 

noche,

hay que aprovechar el jugo de las horas llenas

y de los excelsos momentos sin miedo,

y hay que saber sacudir las telarañas de los malos rollos,

y pecar como demonios salidos de un cuento demoníaco,

y apagar la hoguera de las vanidades con incienso,

hay que ser cauteloso y prudente cuando se requiere

y lanzado y valiente al día siguiente,

hay que avanzar en punta de flecha

y nunca descuidar los flancos y temores,

por ahí... han caído otros,

diluidos en sus dudas terrenales,

revolcados en sus ciénagas de lodo y barro

y muertos antes de tiempo

y porque ya estaban muertos y desahuciados en el medio de ésta noche incierta.

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JULIO CORTÁZAR