Al parecer no quedan ideas en la pecera,
he roto sus fronteras de cristal y limo verde y evanescente
y a los peces los he puesto a nadar en un inmenso estanque,
lleno de sapos, ranas y culebras de agua,
me supongo que a mis queridos peces recién liberados
y que entre tanto croar, saltos acrobáticos
y pieles húmedas y resbaladizas
que les quedará un espacio para nadar a su libre albedrío,
yo me supongo eso
y otro se supondrá otra cosa
y puestos a suponer
yo prefiero un pez y una idea libres
que cien historias encadenadas entre sí,
yo prefiero el sonido de un eslabón roto
al aullido insoportable de cadenas arrastradas por el suelo...

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