
Yo no puedo ponerte puentes de plata o de
platino,
no tengo tanto dinero,
ni necesito esa ostentación de tío sobrado,
pero si puedo llevarte a ver un río en su bullicio
o al mar levantado y cabreado
o a un campo de amapolas que se contornea mientra sisea,
yo podría enseñarte...
a disfrutar del viento
y a escuchar el ronquido constante del mar en calma
o como la lluvia más fina que hayas visto
acaricia la piedra mojada de mis entrañables calles,
yo podría enseñarte...
lo que es deslizarte por el borde de los sueños
y chapotear un poco por lo irreal
y otro poco por los orígenes de tu espalda,
pero en fin,
yo podría enseñarte...
tantas cosas,
que al final de todo he decidido guardarlas en un rincón de mi alma,
las tengo enterradas bajo una lápida dedicada
y que Descansen En Paz (DEP).
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