
Mi escuela poética pertenece...
a la poesía distónica,
parece que tiene un hilo conductor
pero no lo tiene,
habla de la vida
pero al mismo tiempo habla de la muerte
y porque la muerte me atrae,
maticemos...
me atrae más la vida que la muerte,
pero la muerte tiene su aquél misterioso,
en realidad mis preferencias al respecto siguen éste orden:
primero, voto por seguir viviendo,
segundo, pido una prórroga o un tiempo muerto,
tercero, pido una muerte digna
y cuarto, no sé lo que pido,
pues no sé lo que vendrá después de la vida,
no sé si arderemos todos juntos en el puto infierno,
o si la muerte la pasaremos dándonos por el culo
y en una orgía bestial y demoníaca,
o puede que haya de todo,
un poco de orgía,
otro poco de hoguera
y claro, tendría que haber un tiempo de descanso estival,
vacaciones...
o un período para hacer lo que te saliera de los cojones,
yo me pido más lo segundo,
odio las vacaciones programadas
y en sitios y lugares masificados,
para eso prefiero pasarlas en casa,
soy muy casero y adoro mi casa,
aunque tengo que reconocer
que de vez en cuando hay que salir del agujero
y despertar y abrir los ojos y por ejemplo decir:
¡que bien...estoy en Lisboa!
o en Cádiz o en Vigo
o en Hanoi o en La Habana...
por tanto si no tengo un buen plan de vacaciones,
haré lo que estoy haciendo ahora en éste puto encierro,
en casa y con la pata quebrada
y nada de que los días pasen,
pues cada día tendrá un nuevo aliciente
por lo menos seguro que lo tendrá
Ah!! y por cierto...
y distónica ¿porqué?,
porque simplemente
me encanta esa palabra...
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