
A veces me duele el alma
por sentirme casi inservible,
yo...
pienso que puedo,
pienso que hago,
y que soy dueño de mis actos,
y al primer obstáculo o dificultad,
salgo pies en polvorosa
y como aquél correcaminos de los dibujos animados...
Hoy estoy aquí
y mañana en Barcelona
y de Barcelona y de un solo salto
puedo aterrizar en Hanoi,
tengo el poder de la obicuidad
y el don de ser muchas cosas a la vez,
hoy me siento Napoleón
y mañana puede que me levante siendo un pirata,
y pasado puede que me sienta
un navegante perdido en el laberinto del tiempo,
pero si todo es secuencial en el tiempo,
no pasa nada,
el problema está
cuando soy todas esas cosas a la vez,
entonces se me funden los plomos,
se me apagan las luces del coco
y se me cortocircuitan las sinapsis neuronales
y entro en una especie trance metafísico
y así empiezo a escribir tonterías
que es justo lo que ahora me está ocurriendo
pero todo esto no quiere decir,
que hoy no me duela el alma
y por sentirme casi inservible.
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