Por fin ese viento alocado
se ha calmado,
ayer, lluvia agradecida
hoy, viento del sur sin lluvia,
y ahora calma y voces de niños,
la calle recobra la rutina de la vida
y yo estoy como el viento,
parece que estoy calmado
pero no lo estoy,
de lejos... parezco un buen chaval,
a media distancia... engaño menos
y a corta distancia... se me ve el plumero
y el reflejo de mis colmillos de acero,
yo no puedo engañar a nadie,
soy como soy
y no me escondo detrás de una imagen,
porque mi única imagen
ya quisiera yo tener tres personalidades
un día ser ese Bruno afable y simpático,
otro día ser un Bruno huraño, agrio y siempre enfadado,
y por fin otro día ser un Bruno amable y comprensivo
y ¿porqué no se pueden ser las tres cosas a la vez?
y es que en el fondo yo pienso que tengo algo de todo,
puedo ir repartiendo bendiciones
y al mismo tiempo selecciono mis objetivos
y entonces, maldigo los que me caen mal,
y puede que al final intente comprender a alguien
y porque siempre habrá alguien que me caiga bien
o que me intrigue de que va
o que me guste por sus versos y poemas,
o que simplemente me guste porque sí,
sin preguntas, ni porqués, ni comos,
me gusta y ya está
y ya no tengo que dar más explicaciones,
quizá sea ésta última parte lo que más me guste de mi,
dejar que las cosas fluyan porque sí,
que te guste algo sin más explicaciones,
pero también que cuando te deje de gustar,
lo puedas dejar sin más...
pero por protocolo y educación
no debe de ser así...
y sobre todo por respecto hacia la otra persona
siempre habrá que dar una explicación posible,
¡joder! no somos animales
que solo nos guiamos por nuestros instintos,
ante todo
¡somos personas!
y eso hay que demostrarlo con hechos.
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