y porque es mi costumbre
empezar el día dando los ¡buenos días!.
Hoy, mañana nublada,
densa y espesa,
menos mal que corre un poco de brisa.
Mis lilium se están quedando sin flores,
se rinden ante éste intenso calor mediterráneo
y así poco a poco me voy quedando
sin el maravilloso olor que destilan.
Voy a pintar parte de la casa,
hay que cuidarla y darle mimos,
y con una o dos caricias de pintura
creo yo que será suficiente.
No llueve
y aquí llueve muy poco,
ahora que cuando llueve
lo hace a cubos.
Hoy, haciendo bici estática
me he dejado unos cuantos litros de sudores,
bajo de peso pero no a la velocidad que deseo.
Ahora estaba pensando
que estoy aburrido con mi música,
que necesito hacerme con otro repertorio,
que el que tengo está gastado y deslustrado.
Que hoy veía la parra de mi patio,
mientras hacía bicicleta,
y pronto va a empezar a dar flores a lo bestia,
cuando empieza no es capaz de parar,
se pone tan hermosa y tan floreciente...
además de dar una sombra muy agradecida
es completa, mi planta del patio,
además al llegar el otoño se queda sin hojas,
y así entra más luz,
ella lo sabe
y sin decirle nada se desnuda de hojas y flores.
El equilibrio que le falta a uno,
te lo compensa la madre naturaleza,
uno odia el verano
y la planta cubre mi patio,
uno quiere más luz
y la planta se hace caduca
uno busca vida en cada rincón de su vida
y las plantas que me rodean
me hablan y susurran sobre la vida,
hay noches que las oigo crecer,
creo que coincide con la luz de luna,
luna creciente y dan un paso de gigante,
luna llena y oigo sus aullidos interminables...

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