
El alma es mi zona de trabajo,
terreno acotado y libre de malos rollos,
que también los tengo
y que a veces, hasta me salen de madre,
pero poco a poco y a base de pico y pala
y mucha paciencia,
los voy domando y moldeando,
y además les explico,
que a los malos rollos les tengo manía
y que en cuanto pueda les corto el cuello,
por tanto... me visitan
y están un rato dentro de mi estructura,
pero yo aprovecho las corrientes marinas
para que los arrastren al otro lado del mar
y como último pensamiento
me vuelvo a reafirmar en lo dicho al principio
"el alma es mi zona de trabajo".
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