Esperaban de mi
que fuera un jardinero fiel,
que mi trozo de sal y tierra
fuera defendida con uñas y dientes,
que izara la bandera en la parte más alta de mi palo mayor,
que reivindicara lo que en teoría, sería mío,
y que mostrara tal cual es, el arte de la posesión,
a ellos les gustaría que gritara ¡patria!
y que demostrara que el de fuera siempre es un grano en el culo,
y que por tanto,
merece el mayor de nuestros desprecios,
pero en realidad
a todos ellos les debo ser lo contrario,
solidario, amigo,
a veces feroz enemigo,
buen compañero,
mejor persona
(aunque siempre se puede mejorar),
claro y contundente
sincero hasta la obsesión,
apasionado hasta el entorchado,
devoto de lo humanitario,
y eterno opositor a las reglas de juego,
en realidad
prefiero la rebeldía de un don nadie
a la opulencia ostentosa del que posee el poder.

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