
No debería escuchar tras
las puertas,
ni espiar a través de las ventanas,
solo debería ser un objeto punzante
que atravesara los deseos
y los tratara de poner en fila india,
en un orden en donde primara el caos
y los instintos más profundos de los anfibios,
en realidad se trata
de mecer los sentimientos,
y de adornarlos con hojas de laurel,
mientras todo la hiel que llevo dentro,
sería envuelta al vacío
y conservada en estado de hibernación.
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