
En invierno me hiberno sólo.
En otoño me hago pequeño
y me escondo debajo de un hongo.
En verano me hago ovillo
y busco el rincón más oscuro y húmedo,
allí sobrevivo y como mejor puedo.
En primavera las plantas crecen dentro de mi cabeza,
por las orejas me salen jazmines
por las fosas nasales me crecen tulipanes,
por la boca se deslizan enredaderas silenciosas
que se van introduciendo en el pozo de mi boca
y es un misterio el saber hasta donde llegan.
Aunque a veces y por mi ombligo
asoman buganvillas de vivos colores
y hay pájaros que revolotean a su alrededor
y eso me hace sospechar
que mi ombligo es uno de sus puntos de salida
en realidad yo soy el esqueleto
que mantiene y sostiene a la enredadera,
ella me va comiendo por dentro
y al mismo tiempo,
se divide y se ramifica
hasta hacerme hueco por dentro
y verde, por fuera.
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