Ayúdame a que corra el aire
a que ese hilo de voz se convierte en trueno,
a que me humilles si antes no me habías humillado,
a que me desangres con el corazón partido
y con el alma desgarrada en mil pedazos...
Ayúdame a darme muerte,
a asesinarme y ultrajarme,
a decir no cuando es no
y sí, cuando es afirmativo
y no me calles
no dejes que me calle nunca
por lo menos déjame hablar en susurros,
igual que hacías tú conmigo.

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