PUES SÍ, COMEMOS MIERDA



 PUES SÍ, COMEMOS MIERDA


Estoy yo como para que todo me produzca Cáncer y es que la OMS nos avisa y creo que nos machaca con el puto tema (pero al parecer, nunca lo suficiente). De todas formas esto ya lo sabíamos, sabíamos que comíamos mierda prefabricada, que las lechugas son de plástico, que la carne es de rata condensada y procedente de laboratorios donde con ellas se ensaya la tortura animalista y sin principios. Que la fruta no es fruta, que son frutas perfectamente contaminadas por tanto herbicida, pesticida y tanta mierda bendita. Ya ni sobreviven los gusanos que en otros tiempos, tanto nos gustaban contemplar (por lo menos a mí). Que hay yogures que puede durar meses sin tener que conservarlos en frío y entonces ¿ dónde está la leche de ese yogurt tan cojonudo, que no se corta ni ná?. ¿Y los tomates, y los zumos naturales? y una larga lista sin fin.
Que comemos mierda ya lo sabíamos desde hace mucho tiempo y que tanto envasado y que tanta fruta fuera de época, tiene sus consecuencias y para eso, no hacía falta que nos lo dijera la OMS, es decir, no hacía falta que nos lo confirmara. Nosotros ya lo sabíamos, otra cosa es que nos hiciéramos los ciegos, tontos, lerdos y sordos y todo porque si te pones demasiado pusilánime con las bazofias que nos comemos, en consecuencia te pondrías en ayuno total y absoluto (huelga de hambre). Y que me perdonen los que comen lo ecológico y que me perdonen porque lo que comen también está envenenado, sólo que un poco menos, pues esos productos también llevan al cáncer y a la muerte, pero más lentamente o mejor dicho, un poco más sanamente.
Además la solución no está en que haya remedios para las minorías que puedan pagarse semejantes exquisiteces. La solución está en la globalidad y para eso había que cerrar el chiringuito y empezar de nuevo y de arriba abajo pero con las más sanas costumbres de antes, pero de antes y de mucho antes. Volver a los árboles frutales auténticos y reclamar sus gusanos. Que la lechuga vuelva a ser de fibra y no de corcho sintético. Que los zumos sean naturales y como la vida misma. Que los yogures caduquen de verdad y porque llevan leche de la auténtica. Que los tomates maduren en su mata. Y que la carne no esté hormonada con hormona del crecimiento. ¿Es tanto pedir?. Pues me temo que sí, porque a muchas les gustan las hamburguesas y porque a otros les gustan las uvas de plástico y goma que se comen en el fin de año. Y además y para más inri, hasta los estimulantes corporales están cargados de líquidos y vitaminas energéticas que son sintéticas de puto laboratorio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR