Hay días de tormenta en que domina la calma
como hay otros días en que gana la guerra
y cuando ibas presumiendo de tu paz infinita
pero entonces te acabas diciendo...
¡que se joda la vida!
tanta calma ¿para qué?,
para aparentar que estás en calma
y cuando por dentro estás en plena guerra entre el tú y el yo,
entre lo que debes ser
y entre lo que nunca vas a ser
o entre lo que eres
y lo que pudiste ser...

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