No somos peste, pero casi,
y porque estamos cerca...
mejor dicho,
algunos están plenamente en ello,
son agentes infecciosos,
respiran maldad,
le encanta apretar el gatillo de un arma,
cargar y descargar
mientras maldicen y escupen...
y al tiempo que muestran su hombría
con 20 fusiles automáticos colgados de sus espaldas
de macho fornido, hormonado y grasiento
que después de matar a alguien se dice,
se lo merecía y por negro,
hispano, chino comunista o búlgaro despistado.
Y primero se mata y después se pregunta
y mi querido Trump y todos su mafia de secuaces
¡ahora toca joderse y punto!

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