Rellenar el vacío en que me has dejado
es tarea ardua y complicada
es desandar lo andado,
es desatracar un barco encallado,
es decir sí y aunque estés con el agua al cuello,
es volver a decir sí
porque has aprendido a no decir no,
es dejar que el tiempo todo lo borre,
paciencia...pone a lo lejos,
y días tras día lo vas consiguiendo
pero siempre aparece un día desobediente
un día que se enrosca a tu cabeza como una serpiente
y entonces aparecen las dudas
y pudo ser de otra manera y bla, bla, blá...
Al final,
pasa ese día y pasó la romería
y de nuevo,
te vuelves a sumergir en tus caóticas historias del día a día.
Nada...
que no hay nada que no pueda ser superado.

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