DESDE ESTE DESIERTO DE MI PISO De este manantial de soledad exterior, me brota continuamente el agua clara de la paz; el silencio interior me acaricia como no sabe hacerlo ningún humano. El silencio interior se manifiesta y me escucho, —aunque oigo también los mil ruidos de la autopista a la que dan mis terrazas—. desde mi celda, entre el asfalto y las golondrinas trenzo el puente invidente por el que paso a meditar, que no puedo prescindir aún de las personas de este mundo que me rodea, que me conoce, —o que no me conoce—, que me adula o hiere o ama o envidia. Desde este desierto de mi piso amo en soledad a todos y rezo un poema por los analfabetos del amor. |
DESDE ESTE DESIERTO DE MI PISO de Gloria Fuertes (Blog "azuldemar")
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