¿De donde me viene ésta especia de locura?
quizás del antes del antes de nacer,
o quizás sea producto del desconocimiento
y por tanto amanecer en medio de la noche más oscura.
Quizá sea por el fuego que llevo dentro,
ese volcán incandescente
lleno de lava y de baba
y de malos y buenos augurios
y de retorcidas tripas malolientes
con hedor a muerto y a jugo putrefacto de vivo...
O quizá sea
porque me estoy haciendo viejo,
y poco a poco
se me pudren los dientes
y las arrugas se me caen al suelo
como peritas en dulce
y todo el aliento que me quedaba
se está convirtiendo en vaho de invierno.

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